¿Y si tu sensibilidad no es un defecto, sino una forma de inteligencia que el mundo aún no ha aprendido a respetar?

Muchos de nosotros crecemos escuchando que somos "demasiado": demasiado sensibles, demasiado emocionales, demasiado intensos. Pero, ¿y si estos rasgos fueran en realidad signos de percepción profunda, verdad emocional y sabiduría intuitiva?

En mi último artículo para Brainz Magazine, me adentro en el mundo a menudo incomprendido de la neurodiversidad y la hipersensibilidad, y exploro cómo lo que etiquetamos como "diferente" puede ser exactamente lo que nuestra cultura necesita más. Con ideas de voces como Temple Grandin y reflexiones de mi propia experiencia, este artículo es un replanteamiento, un reconocimiento y una invitación a verte a ti mismo -y a los demás- a través de una lente más compasiva.

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Por el amor y la conexión,

Fanny:)