Mi artículo más reciente acaba de publicarse en Brainz Magazine
Nuestros cerebros procesan la información sensorial de múltiples maneras. Para algunos, integrar múltiples experiencias sensoriales -como el zumbido de voces, el parpadeo de luces fluorescentes y el álbum navideño de Bing Crosby repetido- no supone un reto neurológico significativo. Una multitud navideña puede irritar a la mayoría de las personas. Pero no les impide realizar tareas rutinarias.
Sin embargo, si usted es como el 5-16% de la población general, la misma conmoción puede desencadenar una cacofonía en su cráneo de la que no podrá escapar.
El porcentaje de personas con problemas de procesamiento sensorial aumenta entre los que pertenecen al espectro autista. Si tienes dispraxia, dislexia, disgrafía o TDAH (como yo), la cosa no es más fácil. La sobrecarga sensorial puede interrumpir tu funcionamiento cotidiano. Si eres muy sensible, la sobreestimulación puede resultarte demasiado familiar.
La buena noticia es que, como adulto, puedes aprender a crear condiciones favorables para el cerebro.
Por su bienestar emocional,
Fanny:)